Hace un tiempo me dijeron que viera una serie de animación que supuestamente “me encantaría” esa serie era Arròs Covat o Arroz Pasado, como ustedes prefieran.
Y si, ese proyecto de TV3 junto con el estudio Escandalo Films le permitieron al insigne Juanjo Sáez dar rienda suelta a ese caudal de mala leche que atesora. El primer volúmen o temporada de esta serie que pudo verse en el canal 33 y que puede verse también en internet fue todo un éxito de público pero también de crítica. No voy a explayarme demasiado con el argumento por que nuestro amigo Plana, versión moderna del hombre orquesta, ya nos hizo una sinopsis, aunque para todos aquellos que no hayan leído su nota si que les puedo decir que Arròs covat narra las vicisitudes de un gilipollas integral llamado Xavi Masdéu, un pájaro muy común por estas latitudes donde las apariencias hacen tanto daño. Pero no sólo eso. El tal Masdéu es tan esclavode sí mismo como de los demás. Siguiendo esta premisa de alguien completamente pusilánime, Sáez lo rodeó de personajes que no por estereotipados dejan de ser menos verdaderos. Una vez puestas todas las piezas sobre el tablero sólo había que dejar que se relacionaran entre ellos.
El resultado es una sátira sobre la típica crísis de los treinta y todo un ambiente, que de hecho es el mayoritario entre la gente de nuestra generación. Las situaciones se suceden hundiendo al personaje en el ridículo más absoluto, empequeñeciéndolo un poco más y más a cada capítulo. Por supuesto que, como se podrán imaginar, el efecto que provoca en el espectador es una mezcla entre la hilaridad y la vergüenza ajena.
A tal diversión colabora los dibujos y la animación, fresca y hasta un punto espontanéa. Es increíble como unos personajes sin cara pueden llegar a transmitir tanto. La diferencia con las viñetas muy posiblemente sea que, si bien la serie es toda una ostia en la cara para más de uno, pasa por ser más ligera que el cómic ya que en el papel, algunas de las situaciones y palabras que se invocan tienen más aplomo que por la tele. Aún así, aquellos que digan que no pudieron reir, no están exentos de razón: las cosas que dice Sáez a través de su personaje van en serio.
Así que, si quieres mirarte en un espejo y asquearte, si quieres mirarte en un espejo y reírte de tí mismo o, si te pasa como a mí, y quieres reírte un rato con la gilipollez de los demás, no te lo pierdas, ArròsCovat te va a encantar.