Series que no seguiré viendo (y 2)

Hace unos quince días empecé a hacer un listado crítico de las series que por una razón u otra había abandonado. Tras dividirlas en 3 categorías y dar cuenta de la primera “No sé cómo acabé el primer capítulo“, toca cumplir lo prometido. Que creo que es deuda.House

No está mal pero…

Que sí, que a diferencia de la categoría anterior estas dos series que reseñamos a continuación no son horrores de la ciénaga. Vale. Pero no dan la talla, no tienen aquello que tiene que tener una serie para captar el mínimo interés. No dices “¡¡¡Ala!!!”. Y aceptémoslo sin un “¡¡¡Ala!!!” de vez en cuando la vida deja de tener sentido.

Eastwick

Simpática. Se deja ver. Sí, es una de “esas”. Explicar el concepto de esta serie es tan fácil como decir es “Mujeres Desesperadas pero con brujas”. Sí, lo sé, alguno de ustedes estará pensando que ya alguna de las protagonistas de la sólida serie de la ABC es bastante bruja (si en vez de pensar en Bree o en Gabrielle por este comentario, piensan en Susan o en Lynette, vayan recogiendo el guante y buscándose un padrino) pero no, se trata de brujas de las de verdad, de las de escoba analógica y caldero hirviente.

Si aún quieren ampliar más el concepto tienen que saber que es una adaptación a formato televisivo del film Las Brujas de Eastwick, película más bien rarita con un Jack Nicholson saliéndose de la pantalla y que por lo visto, necesitaba revisión televisiva urgente.

La cuestión es que está todo bien: la interpretación, el guión y la realización -con algún momento incluso deslumbrante-. Si algo se le puede achacar a la serie son algunas de las elecciones tomadas. No hay demasiada profundidad psicológica, tiene un tono demasiado light para lo que cuenta, todo pasa demasiado rápido y el concepto de la historia no es para tirar cohetes.

En definitiva, que cuando acabas el capítulo estás en un “pst, no estaba mal” pero luego nunca encuentras el momento de ver otro. Demasiados “peros“.

Bored to death

Odio especialmente esta serie. Y no por ningún juicio objetivo, es algo personal. Me explico, cuando uno se entera de que HBO prepara una serie sobre un escritor de novela negra en pleno bloqueo creativo que decide convertirse en detective privado de los de verdad y que, además, va a ser una comedia, empieza a ver chiribitas y pensar que en algún lugar de la gran estructura que es la televisión norteamericana tiene un alma gemela que va a hacer la serie que siempre quiso ver.

Y luego no.

Y claro, uno se enfada.

Bored to death, vaya por delante, es una buena serie. Y lo es, porque consigue exacta y precisamente lo que pretende. El gran problema, al menos en lo que a mi concierne, es que lo que pretende no me interesa ni lo más mínimo. ¿Y qué es eso que pretende? Hacer una serie de humor donde el tema detectivesco es casi una mera excusa, hacer una serie de humor profunda y malvadamente indie, donde toda y cada una de las elecciones refuerza y condensa el espíritu indie de mil y una maneras distintas. Es decir, todo muy indie. Referencias culturales, personajes freaks pero cools -un tanto gafapastas, para que me entiendan-, temas relacionados con la aparente anomalía genética-cultural de los habitantes de NY, caídas en el splapstick más patochote y fuera de tono y un largo etcétera que me pondría de muy mala sangre seguir enumerando.

En resumen. Es buena pero la odio. Next

Las he dejado por falta de tiempo…

En esta categoría no van a encontrar razones muy claras de por qué he abandonado estas series. La principal, es que uno tiene que trabajar para alimentar a sus churumbeles (es decir, sus vicios) y no tiene tiempo para más.

Accidentally on Purpose.

Sitcom pero que muy sitcom, Accidentally on Purpose trata sobre una mujer de treinta tantos que tras una noche de juerga se agencia sexualmente a un yogurín de veintipocos y por los avatares que tiene esto de vivir se queda embarazada para jolgorio y deleite del respetable.

Accidentally on purpose tiene aquello que debe tener toda buena sitcom. Es divertida. Muy divertida. Los personajes funcionan, los guiones están bien escritos y aunque le pudiéramos encontrar alguna que otra pega -el personaje del mejor amigo del yogurín es una joya en bruto esperando ser descubierto- se trata de una sitcom de lo más aceptable. Si a eso le sumamos que la producción de sitcoms en los EEUU es casi industrial y que la mayoría son bastante deplorables, aún tiene más mérito conseguir un producto tan digno.

¿Los problemas? En esencia dos. El primero es que está demasiado alta para mi gusto, todos los personajes están al borde del histrionismo constante, y en la mejor tradición de la sitcom norteamericana, el guión y la verosimilitud están al servicio de la comicidad, lo cual en ocasiones es bastante desconcertante y molesto.

El segundo problema no es culpa de los responsables de la serie, sino de la realidad que es muy puta. En estos momentos en los EEUU se emiten dos de las mejores series de humor de la historia y, me atrevería a decir, del mundo mundial: How I Met Your Mothery The Big Bang Theory. Comparados a estos dos diamantes, cualquier joya, por oro y plata que reluzca en su engarzado son simples y tristes minas de lápiz de la Staedler. No es justo, pero es lo que hay.

The Good Wife.

Dejo para el final la única serie que cada dos días y medio me repienso si recuperar. Aunque a priori tenía todos los ingredientes necesarios para que no me interesara -serie de abogados y serie femenina- el visionado de los dos primeros capítulos me hizo cambiar radicalmente de opinión. Aunque, insisto, es otra más de las series abandonadas.

The Good Wife trata sobre la reincorporación al mundo de la abogacía de Alicia Florrick. Nuestra protagonista se ha pasado años cuidando de su familia y, aún más importante, de la vida conyugal de su marido, de profesión fiscal del distrito. Cuando su buen esposo tiene a bien mezclar un escándalo financiero (desvío de fondos, seguro que saben de lo que hablo) con otro sexual (prostitución de lujo con los fondos previamente desviados) y no le queda más remedio que irse a pasar una temporada a ese sitio sin sol y sin lamparas UVA, su buena esposa tendrá que volver al mundo laboral, aunque la tarea no parezca nada fácil.

Interpretaciones magníficas -soberbia Julianna Marguiles-, guión milimétrico sobre todo en el aspecto de mezclar a la -discúlpenme los menores- puta perfección las tramas horizontales y verticales para que todo haga avanzar la narración y sobre todo lo que más nos interesa, la evolución psicológica y emocional de la protagonista, y una realización lo bastante sabia como para no dejarse ver cuando no es necesario. Ah, sí, y lo mejor, cuando han pasado 10 minutos ni te das cuenta de que todas las protagonistas son mujeres porque, como todos sabemos, cuando una historia es buena, no tiene género.

En definitiva, que tras releerme lo que acabo de escribir, ¡qué demonios!, ya encontraré tiempo de dónde sea, total que me ponga enfermo uno de cada 5 días es estadísticamente razonable, ¿no? Bórrenla de la lista. Ya no es una serie de las que no sigo.

Y ya se acabó el repaso. Si han llegado hasta aquí, se merecen ustedes un gallifante de los de verdad o la edición en 16:9 de The Wire, en Blue Ray a poder ser.